02 octubre 2011

"RUBALCABANDO CON ETA"

En este proceso democrático que hemos emprendido para “rubalcabar” con ETA, existen dos parámetros para la indignidad: un “chantaje honesto a la Nación” y unos “daños colaterales” que está produciendo el mismo.

El “chantaje honesto” nos afecta progresiva e irreversiblemente a todos. He hablado en otras ocasiones de esta infecta negociación disfrazada de paz que está engordando “la bicha” y, cuando se revuelva contra nosotros, será más grande y poderosa porque así lo hemos querido. Hoy quiero llamar la atención sobre los “daños colaterales” de este proceso de rendición, y que, de momento, solo nos duelen a algunos. 

ETA está ganando porque han topado con un gobierno chantajeable que emplea su dureza con los que en el bando democrático no se quieren arrodillar. Un gobierno que está vetando y obstaculizando la solidaridad entre españoles en todos los ámbitos. Un gobierno que está acabando con el respaldo social y político a los que hemos estado en primera línea y que nos animaba a hacer frente con esa única arma a los asesinos.

Hoy, los que no se han movido y siguen de pie mirando a la cara a los terroristas, los que no brindan con sus verdugos, los que dicen lo mismo que antes y resisten en el frente a pesar de lo que les rodea, tienen toda mi admiración y apoyo. Los que se colocan a codazos en primera línea destrozando la firmeza y trayectoria aznariana de éxito contra las ratas infectas, pactando “rubalcabar” (no acabar) a base de dardos sedantes mediáticos disparados contra los nuestros, a esos que se preocupan de enzarzarse con todo, menos con los de enfrente (que son los terroristas), tienen todo mi desprecio. Rubalcaba también.

Estos últimos son los que han construido esta Paz-Trampa caracterizada fundamentalmente por silenciar y/o echar literalmente de Euskadi al que molesta.

Y ahí es donde entramos en escena unos pocos, los que somos parte de los daños colaterales. Decir que hemos sufrido mobbing es poco, creo que es más honesto denunciar la verdad, denunciar que algunos hemos sido acosados, presionados e incluso sancionados por “los nuestros” al no plegarnos a cambios inmorales, algunos hemos sido abandonados a nuestra suerte retirando nuestra seguridad y obligándonos al exilio o a asumir las consecuencias.

Tenemos miedo. Y todo esto con gobierno constitucionalista. Y la responsabilidad será de los miserables que ahorran a cambio de nuestras vidas, de los que miran para otro lado y no mueven un dedo mientras “no les toque”. Saben todos ellos que ya nos “han pasado cosas” cuando estábamos protegidos.

Mi caso es uno más, y eso que yo no tengo hijos ni personas que dependan directamente de mí, por eso pienso mucho en nombres concretos. Pienso en compañeros socialistas y populares, en jueces o periodistas que ejercen en Bilbao,por ejemplo, que tienen hijas, mujer y casa situada en el pueblo donde han sido durante años concejales. Pienso en ellos y en sus hogares donde antes había un dispositivo de seguridad que tranquilizaba a la familia en las entradas y salidas. Ahora el dispositivo se reduce a un murete de un metro de altura y unos arbustos susceptibles de alojar sorpresas.

Yo tengo mucha suerte. El único líder político real en activo en España, Esperanza Aguirre, me han dado una nueva oportunidad de vida. Me considero privilegiada porque volveré a trabajar para alguien a quien admiro, alguien eficaz, coherente y honesta y además tengo la oportunidad de construir una nueva vida lejos del peligro aunque lejos de mi hogar, de mi familia, de mis amigos…

El pasado 9 de mayo de 2011, ajena a lo que personalmente viviría los siguientes dos meses, me decidí a escribir un correo electrónico a los responsables de la Ertzaintza encargados de mi seguridad. En este email les solicitaba información sobre si me iban a modificar de alguna forma mi servicio de escolta, a la vista de la tinta que corría en los medios impresos en este sentido. Les decía cosas como:
“Entenderán que una retirada de escoltas implicaría cambios de ámbito personal costosos psicológica y logísticamente por lo que requiere de un aviso e información previa a los afectados con tiempo para decidir nuestro futuro o en aras a una readaptación. Necesito me informen para saber si tengo que contemplar opciones como exiliarme y buscar trabajo y vivienda fuera de Euskadi o no es necesario.
Por lo expuesto solicito a la mayor brevedad que resulte posible la información necesaria sobre el futuro de mi servicio de seguridad para saber si podré continuar con mi vida en Bilbao, la ciudad donde he nacido, trabajado y vivido o tengo que optar por otras alternativas

Días después, un agente de la Ertzaintza me llama por teléfono y me confirma que no tienen comunicación de que mi servicio se fuera a modificar.

Un par de semanas después siendo todavía Concejal –Portavoz del PP en el Ayuntamiento de Sondika y, con conocimiento del PP Vasco, me llama otro agente de la Ertzaintza para decirme, con la frialdad de un témpano, que en 22 días iniciaban la retirada de mi servicio de escolta. Tenía 22 días para "desmontar” mi vida y montar otra fuera de Euskadi. No recibí ni una llamada del PP Vasco, ni un sms, solo silencio. En ese momento pasan muchas cosas por la cabeza, vivencias con compañeros, los únicos logros políticos en Bilbao celebrados en los últimos años (la mayoría absoluta de Aznar en el 2000 y las europeas de Jaime), miedos pasados, capillas ardientes, amigos, y una punzada que evidencia una gran verdad: no me echa ETA, de Euskadi me echan “los míos”. (Si me hubiera echado ETA me hubiera ido antes). 


Todo volvería a hacerlo.

Desde el escenario de Voces contra el Terrorismo, el 14 de mayo de 2011 en la plaza de la República Dominicana en Madrid, denuncié el desamparo al que nos estaban sometiendo a los concejales frente a una posible reversibilidad de la acción terrorista, bien un posible atentado, una nueva T4 o cualquier “barbaridad propia de bárbaro”. Denuncié el miedo, que hoy es mayor. Y denuncié responsabilidades, para no digan que renunciamos en su día a la escolta sino que nos dejaron a los pies de los caballos. Que España lo sepa y quede constancia en esta necesaria publicación.

Vienen tiempos duros en los que no existe apoyo para la socialización de los problemas de las víctimas del terrorismo o la empatía que nos concienciaba de que el terrorismo de ETA es un problema de todos. Se acabó la libertad para denunciar el terror y la miseria moral del nacionalismo sin que te pasen factura también “los tuyos”. Pero curtidos ya en años de plomo y pistolas digo por enésima vez que, si no nos ha callado ETA, no nos callarán unos traidores a España ni unos miserables con precio en la espalda.

Ahora dicen que las víctimas deben estar calladas, “pobrecitas, mejor así que bastante tienen con rehacer su vida”. Dicen también que hay dejar que los políticos “rubalcabados” se “okupen” de fijar la posición de todos, incluida también la de las personas que más han sufrido el zarpazo del terrorismo y que han enarbolado la bandera de demócratas con entereza y dignidad. Este es otro daño colateral que no debemos perder de vista. Espero y animo a que tampoco se callen siguiendo la estela de valentía de José Alcaraz. No lo harán porque no defraudan.

Si hace tres años alguien se hubiera atrevido a decirme que nos iban a echar de Euskadi “los nuestros”, le hubiera tachado de miserable y le hubiera obligado a recordar la honorable trayectoria del constitucionalismo en Euskadi y su intachable lucha cívica contra ETA, uniendo indebidamente ambos tiempos. Orgullosa de esa “honorabilidad e intachable lucha” que considero mía, concluyo que nuestra próxima tarea debe ser resistir las embestidas de ETA y la emboscada del caballo de Troya que se nos ha colado entre muros constitucionalistas. 

España no es Troya.¿O sí?


Nerea Alzola.
Ex Portavoz-Concejal PP Sondika, Vizcaya.
Ex Diputada autonómica PP Parlamento Vasco.