28 agosto 2017

LA ESTRECHEZ MORAL Y HUMANA DEL NACIONALISMO

El pasado 17 de agosto unos terroristas islamistas mataron en Barcelona y Cambrils a 16 personas e hirieron a un centenar más.

Como consecuencia de estos atentados se convoca en Barcelona el sábado 26 de agosto una gran manifestación a la que acuden las más altas autoridades del Estado y todas las fuerzas políticas. Se desplaza la plana mayor del gobierno nacional y de los grandes partidos: PP, PSOE, C´s y Podemos. Confirma y acude el Rey de España, participación innovadora que no tiene precedentes en nuestro país, y que muchos hemos entendido como la cercanía de un Rey que, con palabras y hechos, quiere estar junto a su pueblo frente al terrorismo.

Organiza la marcha el gobierno autonómico y la alcaldesa anima a la asistencia.

Hasta ahí, una reacción correcta en un país democrático y desarrollado.

S.M.R., al igual que otras autoridades como la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, pensaban que iban a una manifestación de unidad contra el terrorismo y de solidaridad con las víctimas de los atentados del pasado 17 de agosto.
Pero los días previos pudimos asistir ojopláticos a una serie de comportamientos políticos desconcertantes que quizá debieran haber sido estudiados para adoptar medidas o decisiones de forma previa.

El Rey de España Felipe VI estuvo en la manifestación de Barcelona detrás de una pancarta que portaba el lema “No tinc por", (“No tengo miedo”). Siendo comprensivos y extremadamente flexibles, entendemos que se elige este lema porque puede ser del agrado de todas las ideologías, quepan o no dentro de nuestra democracia. Considero que es un error querer que se unan a los demócratas, ideologías o tradiciones, como por ejemplo, el brazo político de ETA o islamistas que profesan una religión que alienta la yihad. Aquel que no condena el terrorismo o que no acepta un lema como pudiera ser: “con las víctimas y contra el terrorismo”, no puede estar contra el terrorismo y, por tanto, no cabe en nuestra democracia.


Fuente de la foto: CNN

Otro aspecto que llama la atención es que organiza la manifestación el gobierno autonómico impulsor de un proceso de secesión unilateral ilegal que tampoco cabe en nuestro ordenamiento jurídico. Es su competencia, por eso lo organiza, pero dada la situación política debiera haberse analizado el recibimiento a los máximos representantes del gobierno de la Nación y al Rey que es símbolo nacional. A pesar de eso se confía una vez más en una “lealtad institucional” que ya se ha demostrado inexistente.

También confirman su asistencia, días antes de la marcha, representantes del brazo político de ETA, denominado EH Bildu, partido legalizado sin condenar el atentado de Hipercor ni ninguno otro de autoría etarra. El 19 de junio de 1987 ETA asesinó a 21 personas e hirió a otras 45 al hacer explotar un Ford Sierra con 30 kilos de amonal y 100 litros de gasolina en el aparcamiento de Hipercor, en la Meridiana de Barcelona. Quince personas fueron abrasados o asfixiados en el propio atentado y otros 6 agonizaron hasta la muerte por las quemaduras severas los días posteriores. Cuatro de los muertos eran niños. Ni una palabra de EH Bildu condenando Hipercor y tampoco los atentados yihadistas. A nadie le pareció moralmente cuestionable que asistieran. Eso hace pensar que en la manifestación no se condenaría inequívocamente el terrorismo.

El llamamiento público de la “asamblea nacional catalana” a portar esteladas el día de la manifestación ratificado por el líder de ERC y vicepresidente de la Generalidad, Oriol Junqueras, hace prever que el apoyo a las víctimas del atentado y la unidad contra el terrorismo no han sido la prioridad en la organización.

@JavierMaroto
"Felipe, quien quiere la paz no trafica con armas", "Mariano, we want peace, not arms sales” han sido dos de los carteles que portaban un centenar de nacionalistas organizados con el único propósito de conseguir una foto que humille a España y desprecie a las víctimas del atentado terrorista. 

Así pervierte el nacionalismo un noble acto del pueblo español y el motivo por el que cientos de miles de personas acudieron a Barcelona el día 17 de agosto. 



Estos carteles se acompañaban de otros insultantes y punibles en los que se llegaba a culpar al Rey de España de los atentados. Espero que la fiscalía general del Estado, el Gobierno de la Nación y los partidos políticos ejerzan sus competencias frente a la afrenta a todos los españoles.

Los nacionalistas se preocuparon de forma enfermiza por mantener rodeados a las autoridades y al Rey con su cartelería y algunas esteladas para “la foto”. No había atentado, víctimas, ni valor superior moral que les distrajera de su patética obsesión por el insulto y la ofensa.

El Rey flanqueado por dos mujeres que representan a las comunidades musulmanas de Cataluña, a la derecha Rajoy, a la izquierda Puigdemont y Colau, asistía en repulsa por los atentados terroristas y para apoyar a las víctimas. Pero estos extremos, al gobierno autonómico no le importan, todo estaba ya organizado desde la estrechez moral y humana del nacionalismo para la pancarta contra España y para montar bronca, dejando el terrorismo y sus consecuencias en segundo plano.

Al final de la manifestación fueron entrevistados varios líderes y autoridades políticas en los diversos medios de comunicación. La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau fue preguntada por los pitos y abucheos al Rey, a lo que contestó con "el ejemplar comportamiento de la gente".

Si Colau fuera una autoridad digna de su cargo, debería pedir perdón por la afrenta de esos pocos a S.M.R y a todos los españoles.